Los plásticos son un flagelo mundial, con más de 311 millones de toneladas de residuos plásticos descartados en todos los mares del mundo. Sólo el 14% se recicla! Y esta contaminación, desafortunadamente, pone en peligro todo tipo de ecosistemas. La Isla Henderson en el Pacífico es el ejemplo perfecto de esta grave amenaza ambiental. Es por eso que los investigadores del Instituto Wyss de la Universidad de Harvard han estudiado el problema para tratar de encontrar soluciones, y parece que han tenido éxito. Combinando proteínas de seda y residuos de camarón probaron crear un bio-plástico innovador.

Un plástico biodegradable
Se inspiraron del bio-mimetismo para recrear la flexibilidad y resistencia de las alas de las mariposas. El nombre Shrilk viene de las palabras ingleses Shrimp camaron y silk seda. Este plástico ecológico es totalmente biodegradable en pocas semanas, e incluso puede ser utilizado como un fertilizante para nutrir el suelo. ¡Durable y flexible, incluso cuando está mojado, este producto parece plástico! También se puede moldear o inyectar. Este producto podría reemplazar ventajosamente el plástico en la industria del embalaje y en el campo médico. Todo lo que queda por hacer ahora es poner en el puente un método de fabricación que preserve todas sus propiedades mecánicas.