El 5 de junio de 2019, la ONG Transporte y Medio Ambiente publicó un informe alarmante sobre la fuerte contaminación generada por los cruceros. La asociación ha calculado que los cruceros son hasta 20 veces más contaminantes que millones de vehículos. Esta contaminación no deja de tener consecuencias en la salud de los residentes, sino también en la biodiversidad marina.
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60 toneladas de óxidos de azufre SOx: Eso es lo que los 203 cruceros que amarraron en los puertos europeos, emitieron en 2017! Estos gigantes del mar también rechazan los óxidos de nitrógeno NOx que contienen óxido nítrico y dióxido de nitrógeno. La primera compañía de cruceros, Carnival Corporation, filtraría diez veces más dióxido de azufre, según el estudio, más de los 260 millones que figuraban en la lista en 2017 en Europa. Se trata de una contaminación atmosférica a gran escala que afecta enormemente a ciudades portuarias como Marsella y Niza. La salud de los habitantes está en el núcleo de todas las preocupaciones. Según el informe, es probable que esta mala calidad del aire sea responsable de 60.000 muertes prematuras al año. Los puertos mediterráneos están ahora más contaminados que los del norte de Europa.
Por lo tanto, la ONG y la Organización Marítima Internacional OMI piden que se añada el Mediterráneo a las zonas de control de emisiones de las que ya forman parte el Canal de la Mancha, el Mar Báltico y el Mar del Norte. En estas áreas, los niveles de azufre son limitados. En efecto, la contaminación de los buques procede del combustible utilizado y, más concretamente, de uno de los más sucios del mundo: el fuelóleo pesado. En comparación, este aceite contiene un 3,5% de azufre frente a menos del 0,01% en el caso de los automóviles. En estas áreas, el contenido de azufre se limita a 0.1%. Los cruceros que atracan allí utilizan otro combustible que a menudo se llama “light”. Por lo tanto, France Nature Environment pide a las autoridades y a los operadores turísticos que actúen utilizando otro combustible, instalando filtros de partículas en cada buque y ajustando los impuestos en función del tamaño de los buques.
El dióxido de azufre liberado por estos vapores gigantescos causa la acidificación del suelo y del medio acuático.
La acidificación de los mares, un problema ecológico
Las finas partículas liberadas por los cruceros son responsables de la acidez de los mares, así como de la absorción de CO2. Como nos recuerda el Observatorio del Medio Ambiente de Nueva Caledonia, los bosques no son los únicos que asimilan el CO2. El océano absorbe “entre un tercio y un cuarto del CO2”, pero el nivel de contaminación ha provocado un exceso de CO2 que ha provocado la acidificación. El dióxido de azufre liberado por los cruceros, así como por los buques, agrava la situación. Este contenido de acidez tiene un impacto directo en la fauna marina. Incluso a bajo ritmo, algunas especies ya sufrirían las consecuencias, como lo atestigua Jean-Pierre Gattuso, director de investigación del CNRS en el Laboratorio de Villefranche-sur-Mer, en un artículo publicado en el periódico Libération. Las primeras víctimas de esta acidificación del agua son los corales, las conchas, los crustáceos ostras, mejillones y algunas algas calcáreas. Así, según el Observatorio del medio ambiente de Nueva Caledonia, esta acidez debilita sus conchas y sus esqueletos. Debilitados, se reproducirían menos, lo que provocaría una disminución de su población.
Ya afectados por el calentamiento de la temperatura del mar, la acidificación sólo acelera su extinción. El estudio de los recursos del World Wild Study Resource WRI. World Wild Study Resource WRI ya ha mostrado, en 2011, las consecuencias irreversibles de estos dos fenómenos combinados. Para 2050, los corales podrían desaparecer totalmente. Ya ha desaparecido el 30% de la Gran Barrera de Coral frente a Australia y la contaminación provocada por las actividades humanas no ayuda. Sin embargo, si la población de coral disminuye, otras especies también están en peligro. En efecto, los corales que albergan varios especímenes, se encuentran sin habitante y se marchitan, provocando un importante declive de la biodiversidad……. Un desastre ecológico pero también económico! Para algunos países, el océano es, de hecho, una fuente de beneficios con economías basadas en la pesca o el turismo. Según Jean-Pierre Gattuso, esta acidificación también tiene consecuencias para otras especies como el pez payaso. De hecho, pierden, poco a poco, sus sentidos visuales, auditivos y olfativos. Ya no pueden detectar depredadores. Sin embargo, como dice Jean-Pierre Gattuso, “la naturaleza tiene un horror al vacío, otras especies se apoderarán” si algunas especies desaparecen. Es un hecho, a pesar de todo, incómodo porque la industria del crucero está en pleno apogeo y en auge debido a la democratización de los precio.