Durante varios millones de años, en el archipiélago de Galápagos, los tiburones martillo bebé se crían en un vivero protegido por arrecifes y manglares. Su escondite fue encontrado en noviembre de 2017 por biólogos. Se encuentra en el archipiélago de Galápagos, la segunda reserva marina más grande del mundo, a 1.000 km al oeste de América del Sur. “Es por casualidad que hemos encontrado este vivero natural para tiburones martillo recién nacidos, una especie en peligro de extinción.
Fue durante una expedición, cuyo objetivo era colocar balizas en la parte posterior de pequeños tiburones para rastrear sus movimientos, que el biólogo Eduardo Espinoza y su equipo se encontraron con docenas de pequeños tiburones que se movieron de forma segura en medio de los peces, en busca de su comida. Es en este entorno hiperseguro que las mujeres vienen en dar a luz a sus crias y se van inmediatamente. Los bebés, protegidos de los depredadores por los arrecifes que les prohíben el acceso, encuentran sin problemas alimento para crecer. Solo después de dos años, cuando ya son lo suficientemente fuertes y necesitan más comida, salen a la mar.
Para preservar esta especie de tiburones, Ecuador creó en 2016, en el norte del archipiélago de Galápagos, entre las Islas Darwin y Wolf, un santuario en el que la pesca está completamente prohibida.